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que esta heterogeneidad territorial e intraterritorial es común evidenciar a nivel de América Latina. En este marco, las
unidades intraterritoriales (entiéndase como provincias o cantones) tienen también un sesgo de tecnificación y especialización
diferenciando a unidades (provincias o cantones) ganadoras de perdedoras. La heterogeneidad estructural se traduce en
desiguales niveles de crecimiento y productividad entre sectores e industrias, a su vez la poca productividad influye en el nivel
y calidad de empleo que generan estos sectores (Infante, 2011). En un contexto micro, cuando existen sectores económicos en
crecimiento, atraen fuerza laboral de otros sectores o zonas. Los sectores económicos absorben la fuerza laboral, No obstante,
la insuficiente inversión y el retraso en el progreso tecnológico restringen la capacidad para crear empleo (Bielschowsky,
2009). Es decir, la fuerza laboral disponible no es completamente integrada en los sectores económicos. No es totalmente
absorbida por lo sectores económicos, lo que resulta en desempleo (Bielschowsky, 2009).
La heterogeneidad entre sectores es bastante común, por lo que se esperaría que la productividad entre sectores sea
mucho más dispersa, sin embargo, la productividad dentro de los sectores económicos también puede ser heterogénea con
oportunidades de crecimiento diferentes que genera desigualdades en el ámbito del empleo, considerando los salarios y
escenarios de empleo. La heterogeneidad intersectorial permite distinguir dentro de un sector económico o de producción una
marcada diferencia entre los sectores que se caracterizan por una producción tecnológica y los sectores que todavía manejan
prácticas tradicionales (Chávez Rodríguez, 2023).
Estudios como de Córdova (2018) y Ulloa et al., (2018) confirman que el mercado laboral ecuatoriano es heterogéneo en
su estructura productiva, estas investigaciones han identificado los sectores económicos con mayores niveles de rendimiento
incluyen la explotación de canteras y minas, el abastecimiento de servicios eléctricos y de recursos hídricos, los movimientos
financieros y de seguros, así como otros servicios. Ulloa et al., (2018) señala que más del 60 % de la productividad de la
economía proviene de sectores de productividad reducida, mientras que los sectores con alta productividad contribuyen
con menos del 12 %. Chávez y Rodríguez (2023) afirman que los sectores de productividad reducida acaparan gran parte
del empleo; por ejemplo, el sector agrícola (sector de baja productividad) concentra cerca del 28 % del empleo y el cuarto
en la lista, el comercio, concentra cerca del 19 % del empleo. Los aportes Ibujés y Benavides (2017) y Jiménez (2023)
comprueban que los sectores más productivos, no necesariamente generan más empleo, mientras que si hacen los sectores
menos productivos.
Es importante resaltar la funcione de la productividad según Jiménez (2023) demuestra que, en los sectores
manufactureros y educativos, la adopción de tecnología motiva el desplazamiento de trabajadores, porque la tecnología
es más valorada para incrementar la productividad. Con base en lo establecido anteriormente y reconociendo que la
heterogeneidad es producto de las circunstancias pasadas de la transformación del campo laboral, se llega a un término que
se convierte en el núcleo de esta investigación, el desempleo.
Estudios realizados por Lottmann (2012), Aragón et al., (2005), Buendía Sánchez (2013), Kantar y Akta¸s (2016),
Bradley et al., (2020), Alvarez et al., (2021) analizan el fenómeno del desempleo, identificando muchos otros factores que
pueden explicarlo. Estos incluyen, la estructura productiva, factores macroeconómicos y comercial, además de elementos
demográficas y de capital humano, migratorios y regionales.
Lottmann (2012), examina los factores que explican las variaciones regionales en del desempleo en Alemania, señalando
que la tasa de desempleo se encuentra interrelacionada entre diferentes regiones. Entre los factores clave incluyen el
crecimiento del empleo, la proporción de trabajadores en los sectores de la industria y de construcción; así como la cantidad
de jóvenes, personas mayores, y empleados sin formación. A su vez, Buendía Sánchez (2013), en su análisis sobre la
distribución del desempleo en España, descubre que las tasas de desempleo varían considerablemente entre provincias, con
una tendencia creciente hacia la polarización y dependencia, y que estas tasas están influenciadas por las características de las
provincias aledañas específicas.
Las conclusiones de Kantar y Akta¸s (2016) señalan que, el insuficiente desarrollo de la agricultura está vinculado al
desplazamiento de esta fuerza de trabajo a otras ramas y que la tecnología termina por disminuir la demanda de fuerza de
trabajo, por lo que, en este sector las tasas de desempleo son mucho mayores. Esta conclusión está en línea con lo establecido
por Chávez y Rodríguez (2023), ya que este contexto, el sector agrícola se clasifica como un sector tradicional. En un inicio
este sector abarca gran cantidad de la población, sin embargo, en la actualidad se observa que la gran cantidad migra a
otros sectores más productivos. Tipán (2004) evalúa el efecto que tiene sobre el desempleo las variables: rama de actividad
primaria, la ocupación principal, el tamaño de la empresa y la situación del trabajador como permanente u ocasional. De
https://decisiongerencial.ucacue.edu.ec